Los seres vivos están formados por mínimas unidades llamadas células. Todas las funciones químicas y fisiológicas básicas, por ejemplo, la reparación, el crecimiento, el movimiento, la inmunidad, la comunicación, y la digestión, ocurren al interior de la célula.
Los hombres de ciencia, solo pudieron realizar investigaciones en relación a ellas después del descubrimiento del microscopio.
Clasificación de los seres vivos
Según el número de células que los forman, los seres vivos se pueden clasificar en unicelulares y pluricelulares.
Unicelulares: Son todos aquellos organismos formados por una sola célula. En este grupo, los más representativos son los protozoos -ameba, paramecio, euglena-, que sólo pueden observarse con un microscopio.
Pluricelulares: Son todos aquellos organismos formados por más de una célula. Existe gran variedad de ellos, tales como los vertebrados (aves, mamíferos, anfibios, peces, reptiles) y los invertebrados (arácnidos, insectos, moluscos, etc.).
En los vegetales, podemos tomar como ejemplos a las plantas con flores (angiosperma), sin flores típicas (gimnospermas), musgos, hongos, etcétera.
La teoría celular afirma que todos los seres vivos están constituidos por células. A su vez, toda célula está constituida por un conjunto de pequeños órganos u orgánulos, cada uno de ellos con una forma y una función determinadas.
Los orgánulos están constituidos por moléculas que se agrupan y ordenan en el espacio, y, por su parte, las moléculas están formadas por átomos, unidos por medio de enlaces químicos.
Así pues, dentro de la célula distinguimos los siguientes niveles de organización: atómico, molecular y de orgánulo.